Los suelos o pavimentos técnicos son una de las soluciones constructivas con más ventajas del mercado. Son resistentes, versátiles, sencillos de instalar y aguantan muy bien el paso del tiempo. Además, tienen una apariencia muy similar a la de los suelos tradicionales. Si quieres cambiar el pavimento de tu lugar de trabajo, apuesta por los suelos técnicos y aprovecha sus múltiples ventajas.
Ventajas de los suelos técnicos
La principal finalidad de los suelos o pavimentos técnicos es ocultar tuberías, cables o conducciones. Por eso, son muy utilizados en espacios como oficinas, centros educativos, zonas de trabajo u hospitales. Una de sus grandes ventajas es que su sistema de montaje es muy simple y cómodo. De hecho, los suelos técnicos no son otra cosa que una serie de baldosas colocadas sobre pedestales metálicos o de PVC que se fijan al suelo y que pueden regularse. Así, a este importante punto positivo, se suman los siguientes:
- Gracias a sus pedestales regulables se puede corregir el desnivel del suelo original, en caso que haya.
- Soportan cargas muy pesadas en toda la superficie.
- Son resistentes al fuego y también al uso continuado y al paso del tiempo. Si una de las baldosas se estropea puede cambiarse de forma individual, sin necesidad de hacer obras.
- Su sistema de montaje permite acceder a las instalaciones que hay debajo de forma fácil. Así es mucho más sencillo hacer el mantenimiento o hacer las reparaciones que sean necesarias.
- Son muy funcionales y versátiles, de tal manera que se puede modificar su diseño y su colocación siempre que sea necesario.
- Facilitan la organización de las instalaciones que hay bajo el pavimento y permite situar las tomas de corriente, por ejemplo, de tal manera que la estancia esté ordenada.
- Bajo el pavimento técnico se pueden integrar sistemas de calefacción o refrigeración.
Los suelos técnicos guardan una gran cantidad de similitudes con los suelos tradicionales, especialmente en lo referente a la apariencia y al acabado. Hoy por hoy, existe una gran gama de texturas y revestimientos para las baldosas, como por ejemplo, laminados plásticos, mármol, granito, aluminio, acabados cerámicos, moqueta o parquet. De esta manera, podrás escoger el que mejor se adapte a tus necesidades.