Si quieres acometer una reforma en tu casa tal vez tengas que contactar con un estudio de arquitectos en Alicante para llevar a cabo el trabajo. La necesidad de un arquitecto puede venir dada por dos factores básicos: la imposición legal o la conveniencia por el tipo de proyecto que se quiere emprender.
La necesidad legal de un arquitecto
Para saber si se necesita o no un arquitecto desde el punto de vista legal para llevar a cabo una reforma solo tienes que ir al ayuntamiento de tu ciudad y en las oficinas de urbanismo te darán toda la información que necesitas. Normalmente, una reforma pequeña que no cambie la estructura de la casa no va a necesitar de ningún informe de arquitectos, pero si la reforma es más considerable sí.
En muchos caso, lo que te van a pedir es el informe de un arquitecto técnico o un proyecto firmado por uno para ver que la obra cumple con los requisitos y que no se va a dañar el edificio, por ejemplo. Derribar un muro de carga o hacer un trabajo que pueda causar problemas en la seguridad o grietas en el edificio, son las cosas que se quieren evitar cuando se obliga a contar con un arquitecto para la reforma.
La conveniencia de contratar a un arquitecto
En muchos casos, aunque no te obliguen a contar con un informe de un arquitecto técnico o de un arquitecto, puede ser interesante para ti contar con uno en el momento de planificar la reforma y de llevarla a cabo, logrando mejores resultados que trabajando con una empresa de reformas sin más ayuda.
El arquitecto puede ayudarte a resolver problemas como la forma de optimizar mejor el espacio en una nueva distribución de la vivienda o los lugares en los que sería más razonable situar baños, cocinas y otras habitaciones. Puede conseguir que la casa tenga el aspecto buscado, sea moderno, tradicional o cualquier otra solicitud del cliente.
También puede tener cosas importantes que decir respecto a los materiales a emplear en reformas de casas unifamiliares cuando se habla de la mejor manera de tratar una fachada. Son imprescindibles en casos de pisos o casas que tengan que respetar una cierta estructura o elementos que están protegidos, como fachadas históricas que no se pueden tocar más que para restaurar según unas pautas establecidas.